¡LLEGARON DE NUEVO LAS NAVIDADES! Parece que fue ayer cuando estábamos celebrando las anteriores. No sé si es el tiempo que corre, o soy yo la que voy volando a través de las horas como un avión supersónico. Bueno... tampoco me voy a poner ahora a examinar la cuestión así que...¡¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!! Y esperemos que el año que viene sea más de bienes que este y que la crisis haya pasado a mejos vida. Por lo pronto os contaré un cuento.
EL REGRESO
Por Nieves Buscató
La estación de autobuses estaba vacía; en aquel pueblecito perdido en la montaña casi nunca había viajeros que recoger. Cuando el vehículo paró solamente bajo un hombre que al pisar el suelo pareció encogerse, a causa del frío que cortaba como un cuchillo recién afilado.
Aún no había comenzado a nevar, pero no tardaría mucho en caer suave y fina la ducha blanca.
Parecía que le pesaban los pies pero lo que de verdad le pesaban eran sus pensamientos. Hacía diez años que había dejado aquel pequeño pueblo donde naciera para, según él, nunca más volver, y había abandonado a mucha gente que le quería.
Todavía veía las lágrimas de Rosa, aquella preciosa chiquilla que le decía adiós, quizás para siempre, en aquella misma estación donde acababa de dejarlo el autobús.
Volvía con la cabeza gacha, después de haber dado muchos tumbos por el mundo para darse cuenta que su lugar estaba junto a aquellas gentes y en aquel pueblecito que un día abandonara.
Sólo esperaba que no lo recibieran con demasiado resentimiento ni le echaran en cara todas sus bravuconadas de entonces.
El pueblo estaba vacío, cosa que no le extrañó pues era Noche Buena y en una noche así casi no hay nadie vagando por las calles.
Abrió la puerta de su casa y una bofetada de olor a humedad le dio en plena cara; hacía tanto que en aquella casa no vivía nadie…
Encendió la chimenea calentando así su frío y su soledad y decidió abrir las ventanas, con la esperanza de que ese olor a moho saliera por ellas para nunca más volver.
Un sonido familiar vino a saludarle…
La primera Navidad
El Ángel habló
A los pobres pastores
Con nuevas de amor…
Una lágrima rodó por su mejilla recordando como su madre lo puso en aquel coro que ahora escuchaba para que, según ella, “hiciera algo de provecho con esa voz chillona que nunca callaba”.
Y la blanca claridad
Que el cielo alumbró
Les iba guiando
A los pies del Señor
El mismo se sorprendió al oír su voz acompañando a las que se colaban por la ventana.
Belén, Belén, Belén, Belén
Gloria al nacido Rey de Israel
Se puso el grueso chaquetón y salió corriendo hacia la iglesia, donde estaba todo el pueblo reunido, dispuesto a afrontar cuanto antes la vergüenza que le esperaba.
En la puerta vio a Santiago, su amigo de la infancia, que aunque los años le habían cambiado un poco, era inconfundible. Se restregaba las manos para calentárselas y con un gorro calado hasta las cejas resoplaba a la vez que daba saltitos como un gorrión loco. ¡TÍPICO DE ÉL!
Al ver a Santiago se le hizo un nudo en el estómago y estuvo a punto de dar la vuelta y salir huyendo, pero su amigo le hizo una señal para que aligerara pues se estaba quedando helado.
“¡Ya era hora de que aparecieras, que llevo más de media hora helándome las orejas por tu culpa! Vamos para dentro que se está mejor, pero antes dame un abrazo, ¡desgraciao!”
No sabía si aquello que le estaba pasando a su corazón era taquicardia o alegría, pero en ese momento se sintió feliz y abrazó a su amigo como nunca había abrazado a nadie.
Entraron en la iglesia y vio las caras de siempre aunque tocadas por la pátina del tiempo, y alguna que otra cara nueva, eso sí, todas le miraban y le sonreían.
Azorado quiso sentarse en la última fila pero Santiago tiró de él hacia los primeros asientos, donde una cara que había visto hacía diez años llena de lágrimas se iluminaba con una maravillosa sonrisa.
Su nombre era Rosa y seguía siendo una rosa. El tiempo pasado le había sentado de maravilla, ahora era una espléndida mujer que podía volver tarumba a cualquier hombre.
Rosa le ofreció su mano, a la cual se agarró como a una tabla de salvación y temblando como una hoja. De paso se fijó que en aquellas manos no lucía ningún anillo, de lo cual dio gracias a Dios.
El coro dio comienzo a un nuevo villancico…
Al filo de media noche
Los ángeles van al portal,
Sus arpas eran doradas
Sus voces fino cristal.
Se fijó en un muchachito de unos nueve años que cantaba en la primera fila. Su cara le recordaba a alguien pero no lograba saber a quién. Aquel chuiquillo fijó sus ojos en él y le dedicó una enorme sonrisa.
Toda la sangre parecía que se le había ido de vacaciones. El hoyuelo que se le dibujaba al niño muy cerquita del ojo derecho era igual, exactamente igual al suyo. ¡Ese hoyuelo que tanto le gustaba a Rosa!
Con los ojos desorbitados miró a su compañera y esta conteniendo las lágrimas asintió con la cabeza apretando más y más su mano.
Resuena en la noche oscura
El eco de su cantar.
La paz de Dios con los hombres,
De buena voluntad…
Y AQUÍ TENEMOS UN VILLANCICO DE NUESTRA AMIGA ROBUS QUE ESTÁ MUY REIVINDICATIVA ELLA, MESMAMENTE
REIVINDICACIÓN
2012
La Virgen está enfadá
y San José dolorío
porque siempre que cantamos,
en Navidad, villancicos
nos hartamos de decir
quel Niño está desnudito
y que tiene mucho frío.
¡Qué María no era tonta!
sabía que estaba preñá
y que esa tripa no era
de manteca colorá.
Me juego lo que queráis
que ella metió en el morral
camisitas, jerselitos,
y algún que otro pañal.
y una toquita celeste,
de croché ribeteá.
Que más de una ha sío madre
y al tené a nuestros chiquitos,
lo primero que queremos
es que esté bien calentito.
Y ella, más madre que todas,
porque es la madre de Dios
¿iba a ser tan despistá
que pal niño no llevara
ni un calentito mantón?
Si nos fijamos, en Belén
están tos mu abrigaos
y hasta María y José
están requete forraos
Yo quiero revindicá
los derechos de esos padres
que están hartos de escuchá,
esa tontería tan grande.
Como se pinta la historia
del Niño en Belén nacido,
en vez de los Reyes Magos
iría asuntos sociales
pa quitarles el chiquillo.