DIRECTO AL CORAZÓN SIN ESTACIONES INTERMEDIAS

Espero que este blog sea como un paréntesis del ajetreo en que se ha convertido nuestra vida. Que el buen humor, y la poesía nos acompañen.






Dijo alguien que para andar mil kilómetros sólo hay que decidirsa a dar el primer paso. Espero que tú y yo hagámos muchos kilómetros juntos.








domingo, 13 de mayo de 2018

LA ENVIDIA O EL DERECHO DE VIVIR


LA ENVIDIA O EL DERECHO DE VIVIR
“Castiga a los que tienen envidia haciéndoles el bien”
Proverbio árabe.
Nieves Buscató G.

La envidia, el odio, los celos.
¡Desdichado quien los sufre!
Pueden deshacer un alma
y llevarla a la maldad.

Arremete contra todo
sin tener piedad de nada.
Convierte en su morada
el corazón de los débiles.
Les arruina la vida,
viendo sólo en los demás
enemigos de su causa;
deseándoles el mal.

Desesperados, destruyen
hasta a los que más los quieren.
Piensan tan sólo en lo suyo,
sin importar nada más.
Si en su camino se encuentran
un ser limpio, honesto y fuerte,
gran furia les acomete,
y quieren con él acabar.

Ya que no pueden hacerlo
con sus manos (son cobardes),
se cuelan en su inocencia
sin dejarlos respirar.
Mas si ese ser limpio y fuerte
se defiende y sale a flote,
redoblan más sus maldades
cuan desafío mortal.

Esos seres me dan pena
Porque no saben sentir
la hermosura de la vida.
Nacieron para sufrir,
negándole a los demás
el derecho de vivir.

NUESTRO BOLERO


NUESTRO BOLERO
A MI MARIDO Y COMPAÑERO PARA SIEMPRE
SAN VALENTÍN 2014

Nieves Buscató G.

Todo era ingenuidad,
juventud en flor,
cuando nuestros cuerpos se unieron
al son de un bolero.
Sus notas nos acunaban
en un vaivén de sentimientos
recién nacidos,
y tú y yo supimos
que nuestro amor sería para siempre.

Vestidos de inocencia,
nuestros ojos se besaron,
como dos palomas
que saben que juntas
construirán su nido.

Quiéreme mucho.
no dejes de sentirme
en tu corazón como bálsamo
de tus penas;
como risas
en tus alegrías.

Quiéreme mucho
y no dejes
que ningún resquicio de tu corazón
adolezca de mi esencia.
Quiéreme mucho.
No consientas que, ni un solo momento,
esté vacío de mi presencia.

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Pasó la primavera
y el otoño nos inundó
con la paz de nuestro amor
sereno y renovado.

La nieve blanqueó nuestras cabezas
y yo aún sigo oyendo aquellas notas
que llenan de lágrimas de gratitud mis ojos,
ahora tuyos.

Quiéreme mucho
dulce amor mío,
y volvamos a bailar
al son de nuestro bolero.