DIRECTO AL CORAZÓN SIN ESTACIONES INTERMEDIAS

Espero que este blog sea como un paréntesis del ajetreo en que se ha convertido nuestra vida. Que el buen humor, y la poesía nos acompañen.






Dijo alguien que para andar mil kilómetros sólo hay que decidirsa a dar el primer paso. Espero que tú y yo hagámos muchos kilómetros juntos.








miércoles, 14 de junio de 2023

 




CAPÍTULO II

UNA BONITA CABAÑA

 

 

Casi no pudo dormir en toda la noche.

No era porque la tormenta le molestara, ya estaba acostumbrado, pero no dejaba de darle vueltas a la cabeza pensando en el hallazgo de aquella tarde. Había dejado la mochila bajo la cama, y lo poco que pudo dormir no hacía más que soñar que alguien se la quitaba.

Cuando abrió los ojos pensó que todo había sido un sueño. No era así, pues asomó la cabeza bajo la cama y allí estaba su mochila, y dentro, el cofre con todo lo demás.

Abrió la ventana, hacía una hermosa mañana. La tormenta de la noche anterior brillaba por su ausencia. Se alegró de que así fuera, pues quería terminar rápido las tareas que debía hacer para ayudar a su padre y correr al bosque a buscar la cabaña.

Como ya le habían dado las vacaciones, tendría toda la tarde para él solito.

A sus padres no les extrañaría que fuera a dar un largo paseo por los alrededores, ya estaban acostumbrados a ello.

Cuando terminó su trabajo con los animales, subió a darse una buena ducha, se puso ropa cómoda y, cogiendo la mochila se dispuso a emprender su aventura.

-  Mamá - dijo el muchacho. Volveré a la hora de cenar, voy a dar un paseo.

-  Bien, hijo, pero ten cuidado.

Las palabras de siempre, pero hoy también le sonaban distintas; ¿por qué?

Cuando pensó que ya estaba lo suficientemente alejado de la casa como para que no le vieran, se sentó en un tronco y abrió el mapa.

La cabaña no parecía estar muy lejos de donde él se encontraba, lo cual le alegró mucho, así no faltaría a su promesa de estar de vuelta a la hora de la cena.

Echó a andar contemplando cada árbol, cada matojo y flor que había en su camino. La verdad era que el bosque le parecía más bonito que de costumbre. Era como si lo viera por primera vez.

Siguió todas las indicaciones del mapa y no tardó en llegar a una pequeña rotonda oculta tras el follaje. Se quedó maravillado, ¡aquello era precioso! Todo parecía irreal, como salido de un cuento.

Justo enfrente de donde él se encontraba había una pequeña cascada que caía  a una laguna de aguas transparentes. Se oía el canto de los pájaros que se bañaban en la laguna, completamente ajenos a su presencia. A veces remontaban el vuelo para volver a caer en aquellas aguas limpias y frescas. A un lado se veía una pequeña cabaña hecha de troncos, que era una verdadera obra de arte. Cubría todo aquello una bóveda natural hecha con las ramas  de enormes árboles que dejaban pasar los rayos del Sol suavemente.

-  ¡INCREÍBLE! ¿Cómo no he visto este lugar antes?- pensó entusiasmado.

Sacó la llave de su mochila y con el corazón saltándole en el pecho

se dispuso a abrir la puerta.

Directamente entró en un salón amueblado modestamente pero muy bonito.

Dejó la mochila en un sillón y se dispuso a explorar la casa. En realidad, no había mucho que explorar, pues era muy pequeña.

Justo enfrente de la puerta de entrada, al otro lado del salón, se podían ver dos puertas cerradas. Decidido, fue hacia la puerta de la derecha y la abrió; era una cocina, y tras la puerta izquierda había un pequeñísimo cuarto de baño.

Dio media vuelta y echó una rápida mirada al salón. Al frente y bajo una ventana, había un sofá, a la izquierda, una chimenea, en el centro, una gran mesa rectangular con cuatro sillas. La verdad es que todo era muy sencillo y acogedor.

Empezaba a preguntarse quién habría podido hacer la cabaña y cómo sería su propietario cuando se dio cuenta de que a su derecha y encima de una mesa escritorio, que estaba situado bajo un gran ventanal, había un sobre. Viendo que venía dirigido a él, lo cogió y comenzó a leer...

Hola Daniel:

Si has llegado hasta aquí y estás leyendo esta carta, quiere decir que te interesa mi regalo, o por lo menos que sientes curiosidad, y eso es bueno; la curiosidad es un acicate para emprender largos caminos.

Te voy a proponer una cosa: Como sé que estás de vacaciones y tienes tiempo libre, me gustaría que volvieras a esta cabaña todos los días. Día tras día irás recibiendo visitas de unos seres muy especiales que te irán contando bonitas historias que tú tendrás que ir escribiendo en el libro que había en el cofre. No dejes pasar ni un solo día sin anotarlas; eso es importante. Cuando hayan pasado unos días nos conoceremos, estoy seguro que tienes curiosidad por saber quién soy.

Desde ahora considera tuya la cabaña.

Recuerda que, si estás de acuerdo, sólo tienes que dejarme un Sí en el cajón encontrarás papel.

Tu amigo ALBE

 

Daniel buscó el papel y casi sin pensarlo escribió un descomunal SÍ, en un folio.

Al fin y al cabo, esto le parecía una bonita aventura y no creía hacer daño a nadie con

ello.

Echó un último vistazo a la cabaña y se dispuso a volver a casa, no sin antes dejar bien guardados el libro y la pluma, y haber puesto la llave en su llavero. Ya se inventaría alguna historia si alguien le preguntaba de donde era aquella llave.

Pasó la tarde muy agitado. Su madre no paraba de preguntarle qué le pasaba.

Como su madre siempre le preguntaba lo mismo, eso carecía de importancia.

martes, 13 de junio de 2023

 


DE MI LIBRO, "COSAS DE CRÍOS"

LA BRUJITA NIEVULA

Dedicada a Eusebio, por bautizarme con este nombre.

Dibujo, Nibugo.



La brujita Nievula tiene una escoba

 con la cual se pasea a todas horas. 

Va hacia el mercado. 

Mira que risa, allí viene volando a toda prisa

 La brujita Nievula tiene un caldero

 donde todos los martes hace puchero. 

Le hecha verduras frescas y unos garbanzos, 

un trocito de carne y hueso blanco.

La brujita Nievula 

tiene un gatito

 de pelaje muy negro y es muy bonito. 

Cuando hace mucho frío él ronronea

 enroscado juntito a la chimenea.

 La brujita Nievula está preocupada, 

parece que su escoba está estropeada.

 Lleva pensando toda la noche 

en vender su escobita y comprarse un coche.